La Flauta mágica

Viernes, 15 de marzo

Presentación: Joaquín Sanz de Galdeano

Palacio del Condestable (Calle Mayor)

10:30 horas

  • Dirigida a: Socios de Aulexna y acompañantes hasta completar aforo.
  • Actividad gratuita.
  • No es necesario reservar entradas.
  • Programa: Presentación a cargo de Joaquín Sanz de Galdeano (unos 10 minutos).
        • A continuación proyección de la Ópera.
  • La obra está subtitulada.

La trama

Divida en dos actos y doce cuadros, la ópera desarrolla un enrevesado y a veces ambiguo conjunto de acontecimientos que, en el fondo, encierran una idea general sencilla: la gente digamos normal lucha por conseguir el amor de manera pura y verdadera, y, los que dirigen el inconsciente moral colectivo, lo hacen para defender valores eternos como la Razón, la Naturaleza y la Sabiduría, o sea los caminos para llegar al conocimiento de lo sagrado. El conflicto surge cuando los segundos quieren decidir la vida de los primeros, en función de la defensa de esos valores elevados. Y ese es un conflicto que produce gran confusión a los enamorados, pues estos quieren organizar su vida al margen de todo y de todos, tanto de los “malos” por naturaleza –la reina de la noche– como de los “buenos” por cultivados y defensores de los valores supremos (la referencia a las ideas masónicas es evidente). En este contexto Schikaneder y Mozart realizan una bondadosa y moralizante apología, inventando unos personajes infantiles, pero de gran calado ideológico y ético.

Los personajes

Tamino. Príncipe enamorado de Pamina. Se enfrentará a todos por conseguir a su amada. (Un tenor lírico o lírico-ligero de expansiva línea). Se presenta luchando con una serpiente a la que vence para entrar en los dominios de la Reina. Las damas se prendan de su belleza y le entregan un retrato de Pamina, de la que se enamora de inmediato. A partir de entonces se empeñará en rescatarla; utilizará una flauta encantada para conseguir su propósito y tendrá que pasar las pruebas de “iniciación” para que Sarastro acceda a dejar libre a Pamina.

Pamina. Una soprano lírica de tesitura alta. Hija de la Reina de la Noche. Ha sido arrebatada a su madre por Sarastro. Es la protagonista indirecta de la historia. El personaje se mueve en una especie de tránsito entre el reino de la oscuridad y el de la luz.

Reina de la Noche. Acompañada por sus tres damas es la dueña del mundo de las sombras. (Una soprano de imposible tesitura, con tremenda coloratura pero no precisamente de adorno. Llega al Fa). Al pricipio se gana a Tamino, pero pronto queda desenmascarada: entra en cólera al enterarse de que Tamino –a quien ha prometido la mano de Pamina si logra rescatarla– se ha aliado con su enemigo, Sarastro. De nada le sirve su ataque y sus artimañas; al final será arrojada a la noche eterna, mientras que el sacerdote Sarastro entregará a Pamina a plena luz del sol.

Sarastro. Jefe de los sacerdotes que habitan en el templo del bosque sagrado. (Un bajo profundo de línea noble y serena). Ha separado a Pamina de su madre, se supone que en un acto de ese tipo de amor en función del cual se puede privar a una persona de su libertad. Es decir, de discutible autoridad. No le duelen prendas al entregarla a Tamino, una vez verificado que este es de los suyos.

Papageno. Un bajo lírico o un barítono con gracia y buenas dotes histriónicas. Es un pajarero que trabaja, primero, para la Reina y después se convierte en criado de Tamino. Contrapunto gracioso, de corte muy popular, al prícipe Tamino. Su objetivo es seguir cazando pájaros…y a una Papagena.

Monostatos. Esclavo moro al servicio de Sarastro que acaba uniéndose a las fuerzas de la malvada Reina y, a la postre, sucumbiendo con ella. Un tenor lírico-ligero de carácter cómico.

Orador (Pequeño pero precioso papel para bajo o barítono). Papagena (la novia otorgada a Papageno,una soprano). Las tres damas, los tres muchachos, sacerdotes y coro.

Comentario

Se ha dicho muchas veces que La flauta mágica es obra del azar. Por un lado, del reencuentro de Mozart con Schikaneder, antiguo compañero de logia y puntual colaborador, Y por otro, por estar el salzburgués en paro, es decir por el hecho de que desde la corte no le llegara ningún encargo operístico (José II ya había muerto). Pero no sabemos –nadie lo sabe– qué podía significar la palabra azar en la vida de Mozart: volvió a la ópera alemana con La flauta mágica, pero a algo muy distinto al Rapto en el serrallo; seguramente este hombre inventaba sobre la marcha, en función de las circunstancias, pero es absolutamente inexplicable que “sobre la marcha” compusiera algo tan redondo, elevado, noble, maravillosamente sensible, hermoso y único como La flauta mágica, cuya consecución, además, tuvo que combinar con el encargo de la fallida Clemenza para Praga.

¿Qué es esta ópera, además de uno de los compendios canoros y musicales más sublimes de la historia? Pues una obra de teatro de enorme modernidad, un texto que desarrolla una historia en clave de moralizante cuento infantil para, en el fondo, reflexionar sobre la existencia humana y los sentimientos y valores que giran en torno a ella. Sin embargo, Mozart los acaba dejando en un par escaso: la bondad y la nobleza. Para él, la verdad es patrimonio del conocimiento; la maldad, el desconocimiento, generan falsa belleza y comodidad engañosa. Y relaciona la belleza aparente con la tramposa noche, mientras que la felicidad es patrimonio de los ignorantes. El amor, así, en su imponente inocencia y en todas las clases sociales, es la única fuerza que puede vencer y superar tal desgraciada dualidad humana. Dicho de otra manera: Mozart está deseando escuchar a Wagner, para discutir con él sobre el asunto.

En sus óperas anteriores, Mozart había hablado a las clases pudientes y a los intelectuales; aquí Mozart se dirige al pueblo llano, al sabio pueblo llano. Por eso esta música tiene la fuerza de las verdades sencillas, de que el pan es pan y el vino, vino, y por eso por encima de otros adjetivos la podemos calificar de una ópera popular en la que, al final, de lo que se está hablando es de que la verdad resplandece siempre como el sol y de que es muy fácil parapetarse tras la luna para disimular la insatisfacción, si no la pura memez.